Y se bajó a un carro de niños en primavera
Para ver hojas que aplauden en el viento.
Ya vendrá por vino fresco a brindar
Acaso el increíble ojo se tiñó de azul
De pronto se oyó el estruendo de un suspiro
Tan inmenso como el cielo
Tanto que alguien preguntó:
¿han escuchado a Dios suspirar como un niño?
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